Nanny de los cimarrones

Nanny de los cimarrones

Aunque solo tengo unos 47 años, los ingleses me llaman la vieja obeah (bruja) de los rebeldes. Mañana un negro traidor −el líder de los Black Shots, vendidos a los opresores− William Cuffee, a quien los ingleses llaman Capitán Sambo, me matará y luego reclamará la recompensa de 500 £ que ofrecen por mi cabeza. Su hazaña será publicada en el Diario de la Asamblea de Jamaica de 29 de marzo de 1733, donde se mencionará su resolución, valentía y fidelidad, y se le ensalzará como un esclavo leal y un buen hombre negro.

Nací en la tribu de los Ashanti, alrededor de 1686. Como era muy niña no lo recuerdo, pero sucedió que los habitantes de mi aldea fuimos capturados, vendidos como esclavos y enviados a Jamaica. A mí me vendieron a una plantación de las afueras de Port Royal que cultivaba caña de azúcar, donde los africanos −hombres, mujeres y niños− trabajábamos en unas condiciones extremadamente duras.

Hui de la plantación con mis compañeros Accompong, Cudjoe, Johnny y Quao −a los que toda mi vida amé y consideré como mis hermanos−. En las Montañas Azules nos unimos a otros cimarrones, unos eran fugitivos, como nosotros, y otros se habían refugiado en la montaña tras ser liberados por los españoles cuando los ingleses los echaron de la isla.

Allí establecimos las comunidades cimarronas: Cudjoe fue a Saint James y construyó una aldea, que luego se llamó Cudjoe Town; Accompong se instaló en Santa Isabel; Y yo, junto a Quao, fundé una comunidad en Portland. Allí conocí a Adou, otro cimarrón, y me casé con él.

A nuestra comunidad la llamamos Nanny Town. Nos organizamos de manera similar a una típica aldea Ashanti, basados en la agricultura, la ganadería y el trueque de alimentos por vestidos y armas. Teníamos una ubicación estratégica, ya que estábamos en un collado de 300 metros de altitud y junto a un precipicio desde donde dominábamos y controlábamos las Montañas Azules. Organizamos vigías y guerreros, a los que convocábamos mediante la llamada del Abeng, un cuerno cuyo soplo se convertirá en el futuro en símbolo de libertad en todas las fiestas de Jamaica.

Como tenía buen conocimiento de las hierbas y practicaba la religión obeah africana, los ingleses me llamaban bruja, como si eso justificara mis victorias y no el hecho de que era una audaz estratega y una buena dirigente. Yo inventé la guerra de guerrillas y las emboscadas. La guerra que, bajo mi liderazgo, libramos los Windward Maroons contra el ejército británico se conoció como la Primera Guerra Maroon. Durante muchos años tuve en jaque a los ingleses. Lideré revueltas y liberé a cientos de esclavos a los que ayudé a reasentarse en nuestra comunidad cimarrona.

Los blancos nunca nos regalaron nada. Tuvieron que transcurrir cien años de mi muerte para que, en 1833, se aboliera la esclavitud en Jamaica.

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